viernes, 16 de abril de 2010

Cake de arándanos y hierbabuena

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El más listo de la clase
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Últimamente esta frasecita es muy repetida en casa. Es un guiño de complicidad.
No nos referimos al que más cosas sabe, ni al empollón, ni al de cociente (que no coeficiente) de inteligencia más alto.
Con la frase de marras nos referimos al "listillo", al "pícaro", al que burla la autoridad y pasa por delante de los otros, de los pardillos que cumplen las normas.
Los más listos de la clase son los que, sin ser los más inteligentes, o incluso sin ser inteligentes en absoluto, están en puestos de responsabilidad, o se pasean en cochazos impresionantes sin tener ningún mérito especial, o tienen grandes negocios y empresas que les permiten tener estupendas posesiones.
Uno se pregunta ¿cómo habrá llegado fulano/a a estar ahí? Pero, este compañero o compañera de instituto que sabía hacer la "O" a medias ¿cómo es que está ahora de concejal de cultura?
Siempre tuvo ideas de derechas. Sin embargo el partido en el que milita es de izquierdas. ¡Qué raro!
O también ¡Fíjate! Menganito se presenta a una oposición y tiene más puntos que tú. ¡Qué curioso!
Pero si nunca ha trabajado y yo llevo un porrón de años.
¡Ah! son esos cursos de 100 horas que te haces en tres. Y yo sin enterarme.
La idea de trabajar duro para alcanzar un cometido está pasada de moda. Ahora lo que se lleva son los chollos, saber hacer contactos.
Los contactos. Son fundamentales.
Los hay que se cuelan en la fila de la compra, o que se colocan delante de ti para ver el espectáculo aún cuando han llegado los últimos.
O que venden un coche viejo como si fuera seminuevo, o que consiguen plaza en un cole que no es de su zona porque están empadronados en casa de un amiguete, y tú que vives al lado te quedas fuera.
Los hay que están forrados y vayan donde vayan les invitan (o les regalan trajes), que tienen un patrimonio millonario y consiguen que Hacienda (que somos todos) les devuelva, que predican la enseñanza pública y llevan a sus hijos a la escuela privada, que después de 8 años de trabajo van a cobrar una importante pensión íntegra, y tú te tendrás que deslomar para que te quede una de supervivencia.
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Pido perdón por esta retahila, pero es que llevo una temporada sintiéndome "la que no se entera de nada".
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Así llama Carlos Valencia a este cake en su maravilloso blog. Yo le he cambiado el nombre porque he cambiado algunos ingredientes, pero la idea original es suya. No quiero pasarme de lista.
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Ingredientes
  • 75 gr de azúcar
  • 2 huevos (100 gr)
  • 75 gr de mantequilla en pomada
  • 100 gr de harina
  • 5 gr de levadura
  • un chorrito de zumo de limón
  • 3-4 hojas de hiebabuena fresca
  • una pizca de sal
  • 100 gr de arándanos secos
  • licor café (cantidad suficiente para empapar los arándanos)
¿Cómo se hace?
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Yo dejo los arándanos en remojo el día anterior, para que se empapen bien y pierdan su dureza.
Ahora mezclamos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen.
Añadimos la mantequilla blanda y el zumo de limón. Batimos bien.
Las claras las ponemos a punto de nieve con una pizca de sal y las mezclamos con lo anterior con una espátula y mucho cuidado para que no se bajen.
Añadimos las hojas de hierbabuena cortadas muy finas.
A continuación añadimos la harina y la levadura tamizadas y mezclamos con espátula. Sin batir.
Añadimos los arándanos bien escurridos (veréis que casi todo el licor se queda en el cuenco) y mezclamos suavemente para que queden distribuidos por toda la mezcla. El licor que les queda es inapreciable y acabará de desaparecer con el calor del horno. Por eso creo que es apto para niños.

Ponemos en un molde de plum cake o en el que más os guste. Horneamos a 170º unos 30 mn escasos.

El aroma de hierbabuena en la boca junto a los arándanos queda delicioso.

sábado, 10 de abril de 2010

Empanada

Empanada mental

Visto así, el título de este plato, casi parece un insulto.

¡Menuda empanada que llevas! (No te enteras de nada)
¡Estás empanada o empanado! (Estás atontada/o)
¡Tú lo que tienes es una empanada mental! (Un lío tremendo y confuso)
En fin, que yo no sé por que se asocia este plato a situaciones tan lamentables.
¡Pobre empanadita! ¡Con lo rica que está!
Admite múltiples rellenos, pero el que más hacemos en casa sólo lleva verduras y pollo. Y un poquito de jamón. A todo el mundo le gusta y además, si sobra se puede congelar.
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Ingredientes (sale una empanada pequeña, 3/4 de bandeja de horno)

Para la masa

  • 300 gr de harina de fuerza
  • 15 gr de levadura de panadero
  • 150 gr de agua ligeramente entibiada
  • 50gr de aceite de preparar el relleno
  • 1/2 cucharadita de sal o algo más

Para el relleno

  • 2 filetes de pollo
  • 1 cebolla grandecita
  • 1 zanahoria
  • 1/2 pimiento rojo
  • 2-3 lonchas de jamón serrano
  • sal
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • aceite de oliva

¿Cómo se hace?

Relleno

Picamos la cebolla no muy fina. Tampoco muy gruesa. Una cosa intermedia, para que la notemos al comer la empanada. La zanahoria sí la picamos más pequeñita. El pimiento lo mismo. Lo ponemos todo en una sartén con algo más de 1/2 vaso de aceite y pochamos a fuego suave. El aceite lo utilizaremos en parte para la elaboración de la masa. Añadimos el pollo troceado al gusto. Y el jamón también. Añadimos sal y pimentón y removemos.

Aclaro que esta mezcla no debe cocinarse, sólo asustarse un poco en el fuego, ya que después va a entrar en el horno y estar un buen rato dentro de la masa.

Retiramos para que entibie.


Mientras nos ponemos con la masa.
En un cuenco: la harina.

En un vaso alto: el agua, el aceite, que habremos obtenido de la fritura anterior, la sal y la levadura. Batimos con unas varillas para que todo quede disuelto y bien integrado. El aceite tendrá color rojizo ya que lleva pimentón. Esto le dará a la masa un bonito color rojo y un buen sabor.

Esto lo añadimos sobre la harina y amasamos. Yo encontré un par de buenos pinches que hicieron figuritas y adornaron la empanada con ellas, después de hornear.


Quedará una masa suave y elástica. Si necesitamos, ajustaremos un poco de harina. Cada harina responde una forma, así que las cantidades siempre son aproximadas.

Dejamos levar hasta que doble su volumen, en un lugar sin corrientes y tapada con un pañito limpio.

Ahora dividimos la masa en dos. Y estiramos.

Una parte será la base. Hay que intentar que quede fina, ya que engordará un poco en el horno.
Ponemos esta base en una bandeja y sobre ella el relleno escurrido.

Tapamos con la otra mitad de la masa estirada. Sellamos los bordes con los dedos, hacemos un agujero en el medio para que respire la empanada, y pinchamos ligeramente por encima con un tenedor.

Metemos al horno a 200º y la dejamos hasta que vemos que está tostadita por encima y que suena como hueca al tocar la superficie con un tenedor.
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Está muy rica.